Trove, trove, compañera… son las palabras que retumban luego de haber conversado con mi colega en campo y leer la trova que construyó la abuela de un niño en la escuela a evaluar.
Las rimas son también una manera de contar historias, de presenciar memorias y de entrar en contexto; Así qué, me permito escribir una: ♪para medir el impacto, se necesita de mucho tacto, pues es un ejercicio que implica ser un mago♪.
Hablo de magos y magas, porque estar en espacios de intervención con la población directa, posibilita ir mapeando la magia, encontrar puntos comunes entre las narrativas de las personas y alinear esto con sus hábitos ¡Es realmente gratificante!
En este sentido, se hace necesario expresar que lo anterior nace en relación a una pregunta general: ¿Cómo la metodología del proyecto Verde Vivo genera cambios significativos en docentes, estudiantes y/o comunidad?
Comenzaré por contarles que Verde Vivo es un proyecto de educación ambiental liderado por la Fundación Argos, este tiene como finalidad fortalecer el PRAE (Proyecto Ambiental Escolar) en las Instituciones educativas, a través de la implementación de buenas prácticas ambientales, dejando así una capacidad instalada en la I.E.
Sin embargo, para intentar dibujar posibles escenarios, es importante comprender a que nos referimos por educación ambiental y para esto, es preciso exponer lo mencionado por (Calixto Flores, 2012; Leff, 2004), quien nos cuenta que la educación ambiental es un proceso pedagógico que se dan en medios formales e informales, está orientado a una comprensión transversal del medio ambiente a personas situadas dentro de un contexto sociocultural y una realidad ecológica.
Durante el proceso de evaluación, hemos encontrado por medio de la observación que estas I.E son espacios en donde la educación ambiental llegó para quedarse, en donde esta no depende únicamente de la clase de ciencias naturales, por el contrario, terminó por ajustarse a los estilos de vida de las personas involucradas.
La consolidación de hábitos es un proceso que requiere conciencia y tiempo, justamente este es el primer escenario que logra evidenciarse en campo, cuando niños de 9 años comienzan hablarte del compostaje, a explicarte como se realiza y como en su casa lo trabajan gracias a que tanto la institución educativa, como ellos compartieron ese conocimiento.
Las crayolas, los colores, las nubes y el sol, toman protagonismo en las historias de los estudiantes.
En este caso, fue posible hacer un ejercicio de observación y percepción y encontramos narrativas como; “los seres humanos somos destructivos al medio ambiente”, “vivir en zonas verdes representa para mi tranquilidad y felicidad”, “mi vereda no tiene tanta contaminación como la ciudad”, más que ser narrativas son esas visiones de vida que termina por adoptar el niño o niña, luego de hacerse consciente a partir de una problemática, en este caso, la ambiental.
Lo enriquecedor del asunto es como estos niños y niñas replican este conocimiento adquirido desde la educación en sus entornos más cercanos, como lo es, sus familias, pues fue posible encontrar que practicaban la siembra consciente, las eco-huertas y más que eso, familias que encuentran la posibilidad de monetizar una buena práctica, como lo es, el reciclar.
Es por esto, que me gustaría finalizar este escrito con un párrafo de la trova realizada por nuestra compañera y abuela en Santa Rosa de Osos en la I.E La Chorrera: “Con esta me despido, solo les quería contar que con Verde Vivo juntos vamos a celebrar”.
Finalmente, gracias a la alianza Cubo Social y Fundación Argos, por regalarnos momentos para volver a soñar, imaginar y recrear el impacto en territorio.
Referencia bibliográfica: Prosser Bravo, Gabriel, & Romo-Medina, Iván. (2019). Investigación en educación ambiental con menores en Iberoamérica: Una revisión bibliométrica de 1999 a 2019. Revista mexicana de investigación educativa, 24(83), 1027-1053. Epub 23 de abril de 2020. Recuperado en 29 de octubre de 2022, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-66662019000401027&lng=es&tlng=es.
Escrito por Mariana Garcia Jaramillo - Analista de impacto
Revisado por Carolina Rivas - Estefany Ocampo -Analistas de impactos
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